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Aspectos prácticos de la extracción de cera de los oídos

Extraer la cera sin riesgos te ayudará a sentirte y oír mejor.

Persona limpia su oído con una jeringa

OBENCEM / GETTY IMAGES

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Tal vez sea algo desagradable en lo que preferirías no pensar, pero la cera de los oídos es una secreción orgánica totalmente normal y algo inevitable en la vida. Saber cómo controlarla te permitirá escuchar mejor y prevenir infecciones, dolores de oído y otros problemas.

Qué es la cera y por qué la tenemos

¿Qué es exactamente esta sustancia? Bueno, el cerumen —el término médico— es un aceite ceroso que segregan las diminutas glándulas sebáceas y sudoríparas que recubren las paredes del conducto auditivo externo. Una pequeña cantidad de cerumen transita regularmente desde las profundidades del conducto auditivo hacia el exterior del oído actuando como una especie de cinta transportadora que arrastra consigo muchas impurezas. “Estas secreciones mantienen un flujo que se abre paso desde el tímpano hacia la abertura del oído, y en su camino recogen las células muertas de la piel, los pequeños vellos que recubren el conducto auditivo externo y otros tipos de residuos microscópicos”, explica Mark Vaughan, médico de cabecera y director médico de Auburn Medical Group, en Auburn, California. Al final, cuando la mezcla cerosa llega a la parte exterior del oído, normalmente se descama. El movimiento de la mandíbula al hablar y masticar favorece este proceso.


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La cera de los oídos por sí sola no es dañina. "Cuando los oídos producen la cantidad adecuada de cera, es señal de que están sanos", dice el doctor Anh Nguyen-Huynh, otorrinolaringólogo afiliado a Cleveland Clinic. La cera también actúa como un protector lubricante que recubre el conducto auditivo, repele el agua y evita que la piel se seque. Ese componente ceroso es ligeramente ácido, por lo que “crea un ambiente hostil” para las bacterias y los hongos que tienden a aparecer en el ambiente húmedo y oscuro del oído interno, señala Yu-Lan Mary Ying, otorrinolaringóloga y cirujana de cabeza y cuello afiliada a la Facultad de Medicina de Rutgers Nueva Jersey, en Newark. De hecho, la cera de las personas diabéticas es menos ácida, por lo que son más vulnerables a contraer infecciones del oído.

No toda la cera de los oídos es igual. La cera de las personas de ascendencia africana o europea, por ejemplo, es húmeda y pegajosa, mientras que la de la mayoría de los asiáticos es seca y escamosa.

Por qué el exceso de cera puede ser un problema

Algunas personas son más propensas a producir una cantidad excesiva de cera. La acumulación de cera es especialmente frecuente en los adultos mayores. Según la American Academy of Otolaryngology (AAO), aproximadamente 1 de cada 20 adultos tiene acumulación de cerumen.

"El envejecimiento afecta a las glándulas, por ejemplo, a las glándulas salivales de la boca, a las glándulas mucosas de la nariz y la garganta y a las glándulas de los oídos, cuyas secreciones pueden cambiar de consistencia", dice el Dr. Isaac Namdar, profesor adjunto del departamento de Otorrinolaringología del Mount Sinai West Hospital. A medida que envejecemos, las secreciones cambian de consistencia. El cerumen se vuelve más seco y duro y avanza más despacio hacia el exterior del conducto, lo que provoca la acumulación de partículas de piel muerta. Ciertos trastornos que producen sequedad y descamación de la piel, como el eccema, también pueden dificultar la salida de la cera.

Es más, "puede ser que el proceso de descamación sea más lento con la edad", dice Nguyen-Huynh. "Además, algo que he observado en pacientes de edad avanzada es que a muchos de ellos —sobre todo a los hombres— les crece abundante vello en el conducto auditivo, lo que podría impedir el movimiento de la piel y el cerumen. Y en algunos, el conducto auditivo externo se vuelve más estrecho y menos firme con la edad, lo que puede contribuir a que el cerumen quede atrapado".

Quienes usan audífonos o auriculares internos con frecuencia también corren riesgo, ya que los dispositivos pueden bloquear la salida de la cera. Además, según Ying, ese cerumen puede dañar tu audífono, creando una amplificación amortiguada del sonido o un molesto silbido o chirrido llamado retroalimentación, y hasta obstruir el acoplamiento del aparato. Los audífonos también pueden dañarse si el cerumen se introduce en los orificios de ventilación y en los receptores. Trata de limpiarlos todos los días y pídele a tu médico que los examine periódicamente para confirmar que están en buenas condiciones de funcionamiento.

Aunque un poco de exceso de cerumen no es más que una molestia, con el paso del tiempo se puede acumular abundante cera en el conducto auditivo y crear una obstrucción. Esa acumulación de cerumen, llamada tapón de cerumen, es difícil de retirar, sobre todo si la cera está dura y seca. Esto puede originar dificultades auditivas, sensación de opresión en el oído, zumbido en el oído (llamado tinnitus) o dolor. "Si todo el conducto auditivo está bloqueado por el cerumen", dice Ying, "puede presionar el tímpano, lo que provoca problemas en la fisiología del oído medio, y puede llegar a causar mareos", lo que puede aumentar el riesgo de caídas.

Cómo mantener la cera bajo control

“Se cree que el cerumen es sucio y que hay que limpiarlo", dice Nguyen-Huynh. "Pero nuestros oídos son como hornos de limpieza automática, diseñados para deshacerse de cosas indeseables". A menos que la cera esté causando un problema, dice, no es necesario hacer nada.

En el caso de cantidades pequeñas, puedes hacer una limpieza suave de los oídos cada día. El mejor método: después de lavarte la cara o salir de una ducha caliente, colócate una toallita húmeda en un dedo y limpia los recovecos del oído externo. “Despejar la salida más externa facilitará el desplazamiento natural”, según Ying.

Las personas que tienden a producir abundante cerumen pueden probar a utilizar un agente suavizante —como aceite mineral, aceite de bebé o peróxido de hidrógeno al 3%— para ayudar a que la cera salga del oído o para eliminarla más fácilmente. Aplica una o dos gotas en el oído con un gotero, inclinando la cabeza de modo que la abertura del oído apunte hacia el techo. Permanece en esa posición durante uno o dos minutos para dejar que el líquido fluya hacia la acumulación de cera. Luego inclina la cabeza en la dirección opuesta para que salga el líquido junto con la cera que se haya desprendido. A veces, puede ser necesario aplicar suavemente unos chorritos de agua tibia en el oído con una pera de goma para desalojar el cerumen que se desprenda. Tal vez sea necesario repetir esta rutina antes de que se libere el exceso de cerumen.

También puedes probar un producto de venta libre para desprender pequeñas cantidades de cera. Estos productos pueden contener una solución oleosa o peróxido de hidrógeno. (Ying recomienda el Debrox Earwax Removal Kit). Algunos incluyen una pera de goma que se comprime para enjuagar el oído con agua tibia, de ser necesario.

Recomendaciones para extraer la cera en casa 

Lo que debes hacer

  • Usa un paño húmedo para limpiar la parte exterior del oído todos los días
  • Para extraer la cera, prueba a usar una o dos gotas de un agente ablandador, como aceite para bebés o aceite mineral 
  • Considera usar un producto de venta libre que contenga aceite o peróxido de hidrógeno para despegar la cera

Lo que debes evitar

  • Insertar hisopos de algodón, los dedos u otros objetos en el conducto auditivo externo
  • Irrigar los oídos con agua si tienes el tímpano dañado o una infección del oído medio 
  • Tratar un tapón de cera en casa. Consulta con tu proveedor de atención médica si tienes síntomas como pérdida auditiva, zumbido o sensación de taponamiento en los oídos

Sin embargo, la irrigación no siempre es conveniente, en particular si tienes daño en el tímpano o una infección del oído medio. Un agujero en el tímpano puede dejar que el líquido penetre más profundamente en el conducto auditivo. Si no sale, puede crear un ambiente húmedo y eso puede provocar una infección del oído externo. Y si no tienes cuidado, la irrigación puede provocar una perforación de tímpano. "Se hace a ciegas", dice Ying. “Quieres llegar un poco más adentro, pero no tienes forma de calcular”. Es más, si estás ablandando la cera taponada pero no la disuelves ni la eliminas, el líquido puede convertir todo eso en una pared con consistencia de barro que puede taponar los oídos todavía más.

Puede ser tentador introducir un hisopo de algodón, una horquilla, un lápiz o un dedo en el oído para extraer la cera, pero no te pongas a escarbar. Es cierto que extraerás parte de la cera, pero también puedes empujar el resto más profundamente en el conducto auditivo. También existe el riesgo de lesionar el tímpano. “Tal vez mires el hisopo y te sorprenda lo que puedes extraer del oído”, dice Vaughan, quien ha observado mucho de este comportamiento “invasivo” en su profesión. “Sin embargo, lo que extraes es la cera de las paredes del conducto auditivo externo, después de haber empujado la mayor parte más adentro del conducto”. Un consejo de Nguyen-Huynh: cuando introduzcas un hisopo de algodón en el oído y escuches el sonido de la punta al rozar esos diminutos vellos, significa que estás donde no deberías estar.

Cuándo consultar con el médico

Si con estas medidas no se despeja el cerumen, acude a tu médico para que elimine la obstrucción. No es nada raro que se acumule cerumen después de usar hisopos de algodón, porque con la "punta se tiende a empujar el cerumen más profundamente", dice Nguyen-Huynh. Si se usan continuamente, con el tiempo puede llegar a formarse una gran masa de cera, llamada tapón de cerumen, que es difícil de eliminar sobre todo si está dura y seca.

Si el tapón está bastante cerca de la abertura del conducto auditivo, un médico de cabecera puede extraerlo. De hecho, la extracción de cera es uno de los procedimientos otorrinolaringológicos más comunes que se realizan en un entorno de atención primaria. Si el oído está tapado por un trozo de cera duro y resistente que está verdaderamente incrustado, tal vez sea el momento de acudir a un otorrinolaringólogo para que lo examine más de cerca. Los otorrinolaringólogos disponen de un arsenal de herramientas precisas para poder llegar hasta el fondo sin dañar el delicado tímpano.


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"Lo primero y más importante es poder visualizar lo que ocurre ahí dentro", dice Namdar. "Con el endoscopio podemos mirar dentro del conducto auditivo para ver exactamente cuánto cerumen tienes y su textura, para luego decidir cuál es el mejor instrumento para extraerlo". Hay varias técnicas que emplean los médicos para eliminar el tapón de cerumen. Con uno de ellos se utiliza una cureta, un instrumento delgado diseñado para introducirse en el estrecho conducto auditivo externo, con una punta curva para desprender o extraer la cera. Ying dilata el conducto auditivo con un espéculo y luego desaloja la cera con succión.

Tener limpio el conducto auditivo externo también puede producir un efecto muy positivo. Un estudio reveló que el 35% de los pacientes hospitalizados mayores de 65 años tenían un tapón de cera, y el 75% de ellos tuvieron una mejoría en la audición después de la extracción. Algunos expertos calculan que extraer un tapón de cera puede mejorar la audición en 10 decibeles (la diferencia entre el susurro y una conversación normal es de unos 20 decibeles). Y si el cerumen es la causa del tinnitus, eliminarlo puede resolver el problema.

Una mejor audición puede no ser el único beneficio de mantener limpio el conducto auditivo. Puede haber una relación entre la obstrucción por cerumen y la capacidad cerebral. En un pequeño estudio del 2014, unos investigadores japoneses descubrieron significativas mejoras en la audición, así como en la capacidad cognitiva, de pacientes mayores con trastornos de la memoria después de que se les extrajera el tapón de cerumen de los oídos. "Tal vez también mejore tu equilibrio", dice Vaughan. “Algunos pacientes sienten que les cambia la vida”.

Nota de redacción: Este artículo se publicó originalmente el 7 de abril del 2020. Se ha actualizado para incluir orientación adicional sobre la eliminación adecuada del cerumen.